Un escorpión, una zanja, un motel de carretera. Un maletín lleno de dinero y un rastro de sangre y codicia. Pero eso es solo el principio.
Echando mano de las artes oscuras que se le conocen, el suizo Thomas Ott evoca una atmósfera densa como la pez donde tendrán lugar ceremonias paganas, escaramuzas en alcantarillas, suicidios, asesinatos, recuerdos infames, masacres sangrientas y alegorías imposibles.
Un puñado de relatos donde el peor de los destinos será siempre preferible a la pesadilla de vivir.
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