Vive a caballo entre Montreal y Montreal. En su día estudió cine y literatura pero no le sirvió más que para rodar un cortometraje sobre un patético diablillo que trabaja en una oficina y escribir un relato sobre un patético diablillo que trabaja en una oficina. Tras la patética experiencia, en 2011 se decidió a dibujar una novela gráfica sobre un astronauta solitario surcando el espacio en compañía de un oso panda. La tituló Phobies des moments seuls y fue muy aplaudida por la profesión.
A continuación volvería a su zona de confort para escribir la segunda, Vil y miserable, sobre un patético diablillo que trabaja en una librería absurda. Y esto es lo que hay.