¿Asesinar el Cómic?
En 1930, Joan Miró proclamaba furioso que había que asesinar la Pintura.
Max hace suya la proclama mironiana para aplicarla a la Historieta, procediendo a una demolición en toda regla del andamiaje visual preceptivo de los cómics: viñetas y recuadros, bocadillos y diálogos, fondos y detalles… En su furia, Max se carga incluso el Tema, sirviéndonos un slapstick desnudo y sin objeto.
Tras Vapor (2012) y Rey Carbón (2018), Max prosigue su particular viaje hacia el núcleo atómico de la Historieta, esta vez pisando el acelerador a fondo.
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