El Kilian se ha comido un meco contra el canto de la mesa que ahora se desangra a chorros y casi se le puede ver el cerebelo. A la Yanira, que es la hermana mayor, se le ocurre pedir auxilio a los jevis de abajo, que son un par que huele raro. El Jose, entretanto, permanece abducido por su casiotone. Un casiotone a pilas. Un casiotone de mierda.
Así empieza Carne de cañón. Acabar acabará como el rosario de la aurora, eso es lo único seguro.
Dos monedas, obra ganadora del primer Premi València de Novela Gráfica, es la colorista mirada de la ilustradora Núria Tamarit a una parte de la realidad africana, tan vasta y compleja como fascinante en sus particularidades.