La Calambre rioplatense 23/12/2013 – Publicado en: Sin categoría – Tags: , , ,

El pasado mes de abril, La Calambre  veía la luz en España. Aquí tenéis de nuevo la sinopsis y la portada, para refrescaros la memoria.

«Las cosas están muy mal para todos, pero el viejo Larry, que es un bruto con un historial de  chapuzas más largo que un día sin pan, nunca ha dejado de buscarse la vida para evitar los calambres en el estómago, ya sea como cartonero o revolviendo entre la chatarra.
El viejo Larry, además, es un vampiro. Un día de hace treinta años, se encontró un bebé en el  arroyo, Mogul, que hoy también porta la maldición. En todo este tiempo, ser vampiro ha dejado  de ser un chollo, así que la pareja ha decidido reinsertarse en la vida civil y nutrirse de morcillas. Con el negocio del cartón en horas bajas, el robo y desguace de coches parece una salida, pero las cosas se van a complicar mucho cuando, a consecuencia de su primer palo, tengan que hacerse cargo de otro bebé, esta vez una niña…
La calambre es un thriller tremendista y esperpéntico que pone en evidencia que, en un mundo  en crisis, hasta los vampiros son víctimas de los chupasangres.»

La Calambre está escrita originariamente en español rioplatense, pero coloquial, con términos lunfardos. Y los lectores peninsulares os preguntaréis qué es el lunfardo; recurramos pues a la siempre socorrida Wikipedia:

«El lunfardo (abreviadamente lunfa) surgió en Buenos Aires y alrededores durante la segunda mitad del siglo XIX con un gran aporte de las distintas inmigraciones, sobre todo la italiana, y con palabras de origen indígena, africano, y gauchesco, que ya había en la Argentina. Aunque en general y originariamente esta jerga era empleada como un habla gremial o argot de delincuentes (el lunfardo más cerrado comenzó como lenguaje carcelario de los presos como mecanismo de encriptación, para que los guardias no los entendieran), posteriormente se introdujo en la lengua popular de todos los estratos sociales, difundiéndose al castellano de Argentina y Uruguay, popularizándose por lo frecuente de su uso y porque era común en las letras de los tangos.»

Esto nos planteó un dilema en la redacción de La Cúpula antes de su publicación: Dada la dificultad de comprensión de algunos términos, ¿deberíamos adaptarlo al español peninsular -a un argot peninsular, para más inri- para que todo el mundo pudiera entenderlo? ¿Estaríamos con ello pervirtiendo el espíritu de la obra? ¿Se perdería parte de su esencia en esta adaptación?

La Calambre en español peninsular

Finalmente, después de consensuarlo con Angel Mosquito, decidimos hacer dos versiones de La Calambre: una saldría a la venta en España, adaptando desde el respeto más absoluto los términos más complejos o más desconocidos a un argot peninsular, y que es la que ya está en librerías de toda España desde hace meses, otra saldría en Argentina en su lunfardo original, tal y como la concibió su autor, que es la que acaba de llegar a las librerías de Argentina. Porque sí, señores, toda este largo preámbulo venía a cuento porque La Calambre argentina ha vuelto a casa, y a partir de ahora podréis encontrarla en vuestra comiquería habitual.

La Calambre en español rioplatense

Sois muchos los lectores argentinos que nos habéis escrito preguntando cuándo podrías encontrar las andanzas de este lumpen vampírico al otro lado del charco, y por motivos burocráticos ajenos a nosotros la espera se ha alargado un poquito más de lo previsto. Pero creemos sinceramente que la espera habrá merecido la pena. A disfrutar, señores. Aquí tenéis un adelanto.