Pobre cabrón: La autohumillación como terapia 05/08/2016 – Publicado en: Sin categoría – Tags: , ,


Joe Matt no tiene vergüenza. Basta leer cualquiera de sus historietas para comprobar que para él no hay nada sagrado y que el primer motivo de risa es su propia persona. Sus manías, su torpeza, su tacañería, su vagancia, su cinismo, sus impertinencias, su mezquindad, su egoísmo… Cualquier rasgo de carácter, mejor cuanto más bochornoso, le sirve al bueno de Matt para sacarse de la manta unas páginas entre lo patético y lo descacharrante. Pero hay más: también su novia, los colegas, un encuentro embarazoso, una bronca o las fantasías eróticas más lamentables son material de primera para la biografía en marcha que este autor lleva haciendo desde finales de los años 80. ¿Honestidad brutal? ¿Exhibicionismo impúdico? ¿Sufrimiento masoquista? ¿Falta de ideas? Sea lo que sea, nos encanta.

Pobre cabrón es una buena muestra de lo que hablamos. En él, Joe Matt expone de manera despiadada lo chungo que puede llegar a ser y lo hace con un talento, una gracia y una energía como narrador que hace imposible abandonar la lectura dos segundos. Lo que nos cuenta en estas páginas situadas en la época de su vida en que trabajó como colorista de cómics de superhéroes, es todo: sus enchochamientos platónicos y sus ligues eventuales, su legendaria adicción a la pornografía y la masturbación compulsiva que rige su existencia, sus fracasos constantes en las relaciones sociales, las discusiones continuas con su novia Trish, una relación que ya veremos cómo acaba, o su amistad con los dibujantes Seth y Chester Brown, que también aparecen como personajes.
Pobre cabrón, que recoge el material autopublicado por Matt en los seis primeros números de su revista Peepshow, es un libro arrebatador que hará adicto a quien lo lea a la obra de este autor que se encuentra entre las voces imprescindibles del género confesional. Si quieres correr ese riesgo (y también el de sentirte identificado, estás avisado), en este adelanto te ofrecemos la posibilidad de asomarte a su miserable existencia.