La oscuridad no miente
Lo hemos dicho siempre y lo repetimos: no hay cómic más difícil de escribir que uno mudo. Y en esa liga Thomas Ott es el jefe. Al margen de sus incuestionables habilidades como narrador, Ott es reconocible en su grafismo atípico y particular, que lleva la experiencia de la lectura a unos niveles de intensidad pocas veces vistos. Lo consigue extrayendo sus horrores directamente de la oscuridad, ya que su técnica, el esgrafiado, consiste en…
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