Lo dejo cuando quiera
En las páginas de la revista El Víbora se dieron momentos felices e incluso históricos. La vanguardia gráfica, el cachondeo, todo eso del underground, la irreverencia, el sexo, las drogas, el rocanrol… Con el país venido de una dictadura, aquellas páginas fueron bálsamo, tribuna, oasis y algo que no siempre se recuerda: un lugar para la amistad. De la tropa que allí se juntó hemos celebrado una y otra vez el talento y el talante,…
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