Pobre cabrón: La autohumillación como terapia
Joe Matt no tiene vergüenza. Basta leer cualquiera de sus historietas para comprobar que para él no hay nada sagrado y que el primer motivo de risa es su propia persona. Sus manías, su torpeza, su tacañería, su vagancia, su cinismo, sus impertinencias, su mezquindad, su egoísmo… Cualquier rasgo de carácter, mejor cuanto más bochornoso, le sirve al bueno de Matt para sacarse de la manta unas páginas entre lo patético y lo descacharrante. Pero…
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